Hoy nos tocó despedir a una generación más de nuestra
Escuela, un grupo de alumnos que ha dado un paso importante en su vida. La
despedida que les dimos a nuestros alumnos no significa ni dolor ni melancolía,
sino un momento de onda emoción que cristaliza el empeño positivo que supieron
realizar en una etapa de sus vidas, en la cual sembramos una semilla en sus
corazones hace siete años y hoy vemos sus frutos.
A todos ellos no les
deseamos suerte, ya que corresponde meramente a una circunstancia de azar fortuita.
A todos les deseamos el mejor de los éxitos, porque todo lo que realicen
siempre depende pura y exclusivamente de ellos, porque para tener éxito, tienen
que predisponerse, proponérselo y llevarlo a cabo, exigiendo mente, corazón y
voluntad.
Por supuesto no es un “hasta siempre”, es un “hasta cuando
quieran venir a visitarnos”, es un “cuando nos necesiten, acá vamos a estar”.
“GRACIAS A TODOS POR DEJAROS SER PARTE DE SU HISTORIA”
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